Si tienen la fortuna de tener un árbol de membrillos como en mi caso, un
buen verano, con un rico sol dan como resultado muchos frutos- lo que a la larga puede ser casi una
condena (broma). Y si la vida te ha dado
membrillos, pues haz DULCE!!!!
Esta receta es difícilmente aplicable en Chile, donde el dulce de
membrillo se compra baratísimo por kilo. Estando en UK, he descubierto que lo
puedo obtener por potes pequeños en la parte de delicatessen y bastante caros.
Y lo venden como tradicionalmente español.
Pues bien. Pelar al menos un kilo de membrillos, sacar las pepas y el corazón,
que es la parte dura y cortar en trozos.
El mismo equivalente del peso de los membrillos ya cortados, agregar en azúcar;
es decir 1 kilo de frutos = 1 kilo de azúcar. SIN AGREGAR AGUA.
*Aquí también se puede usar la mitad de su peso en azúcar. Muchas personas
lo encontrarán algo empalagoso y deciden quitar la mitad. Es decir: 1 kilo de
frutos = ½ de azúcar. (Yo lo he hecho de las dos formas y la verdad el sabor no
se altera).
Dejar macerando por 20 horas y veras que el membrillo comienza a
desprender su propio jugo y crea un almíbar con sabor.
Poner a fuego hasta que hierva y
luego dejar en cocción lenta (sin tapar)
hasta que haya reducido el jugo; algo de una hora. Todo depende de la cocina
que tengas. Siempre darle una mirada e
ir revolviendo cada 5 o 10 minutos.
Luego triturar la fruta hasta convertirlo en pasta suave y homogénea.
Finalmente verter en moldes y al enfriar guardar en el refrigerador.
Dónde más fácil!
Observación.
A mí me ha quedado el dulce pastoso, no con la característica de cortar
un queso duro, que en la forma tiene que ver de cómo estamos acostumbrados a
comernos el dulce, pero en el fondo, el sabor es el mismo que hemos disfrutado
por generaciones. Provecho!