Después de
mucho tiempo, y con ganas de salir a la luz seguida de una exhaustiva
maternidad, me encontré con la
oportunidad de asistir al concierto de The Last Shodow Puppets, quienes
estrenaban segundo álbum después de ocho años de silencio. Tocaban local,
Cambridge, y la verdad es que ameritaba una visita.
Hace tiempo
venia escuchando Alex Turner y la música que escribió para película Submarine
de Richard Oyoade. Una bella historia llevada a la pantalla basada en el libro
de Joe Dunthorne. Coincidía con mi llegada de Chile, mi país natal y venia algo
melancólica de regreso a UK, me había encontrado de cara con el pasado. Así! 17
años de puro tratar de olvidar en mi rostro. Heathrow Airport tiene ese poder.
Siempre.
La película
y la música simplemente me envolvieron con un manto e hicieron todo desvanecerse
levemente. Quedé por siempre agradecida por las palabras de alivio que cantaba
en mi oreja este chico Turner. Parecía que las canciones las había escrito para
mi.
Con Turner
en la mente, TLSP era una extensión obvia. Mi hijo y yo asistimos al concierto
y fue un éxito total. Gente de todas edades, de todas partes de Inglaterra se habían
congregado para el debut de esta dupla magnifica. Sheffield y Liverpool
haciendo un ruido a otro nivel. Sí, me hice fanática. De ahí pasé sin objetar
al sonido contrastado de Arctic Monkeys. Me sentía algo culpable, lo debo
decir? No eran de mi edad, lejos de mi generación. Ellos habían debutado cuando
yo tenia 35 años y pariendo mi segundo hijo. Me sentía ‘vieja verde’ adornado y
anhelando tiempo de juventud. Mis hijos, ya adolecentes, no se hicieron esperar
y también festinaron en mi ridiculización. No les hice caso! Lógico! Me he
repetido hasta el cansancio que la música y el placer que entrega no tiene
edad.
Mi amor fiel y sin límite lo tienen The Beatles y The
Electric Light Orchestra. No
hay forma de destronarlos, todo lo demás es un bono! Anglófila acérrima… hasta
los huesos, siempre es una bendición todo lo que suene BRIT! (Aclarado? OK.)
Ese
concierto ha dejado sed de más y me he prometido, que, siendo chilena y
apartada de mis bandas por una cosa de ‘geografía’, asistiría a todo lo que pueda
y me guste! Algo así como una resolución de fin de año, de crisis de la mediana
edad o algo en mi lista antes de morir.
Comenzamos
el año muy bien. Una de mis favoritas: Goldfrapp.
Alison Goldfrapp vino a mi como un regalo del
cielo en un departamento en el norte de Londres a principio del milenio. Cuando
la escuché pareció que los cielos se abrirán ante mi. Así. Su mágica voz
exhalaba ángeles y suspiros del infinito paraíso. Creí que su melodía me abrazaba,
tomaba y llevaba alto.
En Cambridge la vimos en vivo con mi familia y fue simplemente mágico.
Goldfrapp at Cambridge Junction |
A eso le siguió
otro divino. Un dios griego bajado del
Olimpo. Los había escuchado por primera vez en las calles de Manchester en
1997. Era la banda sonora del norte de Inglaterra. En cada tienda, en cada
boliche. Ashcroft rescata con su hermosa voz uno de los tiempos más bellos de
mi vida. Juventud divino tesoro.
Genio y figura |
En un muy cómodo
recinto en Leeds, nos ofrece un concierto con lo mejor de su repertorio y su
nueva discografía. Bellos, agradecido, vigente y nostálgico. Fue una
experiencia maravillosa. Los teloneros fueron Black Grape, MADCHESTER sound en
todas sus notas. Me reí a destajo y me hizo anhelar ver a The Happy Mondays en
vivo. Me imagino lo que mi marido inglés sintió en los tiempos de ‘lolo’. Bailando
en el famoso club nocturno La Hacienda y respirando las sinigual atmosfera de
la capital del Norteña.
En
contraste, unos días después fui al concierto de la joven (isima) Alexandra
Savior en Londres. Agüita fresca para los días de lluvia. Maravillosa.
Agendado están
las presentaciones de :
ELO en
Sheffield
Radiohead
en Manchester.
Travis en
Manchester
Texas en
Cambridge y
Happy
Mondays en Cambridge.
Quién es la
suertuda?