Me enganché otra vez. Estoy tejiendo otro tapadito de verano con una exquisita lana de Luisa Harding (algodón, bambú y seda). Es extremadamente suave al tacto, liviana y acariciadora. Un punto lleva al otro y se desliza sin problemas en los palillos. Estoy encantada.
La campanita es una hermosura de hallazgo. Plateada con una sofisticada bola de vidrio hexagonal. Dulzura! Posiblemente podremos reemplazar los llamados a gritos en esta casa por el delicado son de la campanilla.
jajaja
ReplyDeleteaquí la campanita la destruyó Amanda, era una delicada bailaora flamenca!!
su fina cintura no resistió las muestras de "afecto".
Ergo...seguimos gritando!!